Un niño de 13 años falleció este lunes tras ser atropellado por un vehículo en la intersección de Belascoain y Reina, en Centro Habana.
El pequeño, identificado como Cristian Gómez Fernández y conocido como "El Bote", tenía 13 años y habitualmente salía a pedir dinero por las calles de La Habana
"Somos una familia muy humilde", dijo a Martí Noticias Arletis, prima del menor.
Según explicó, en el momento de la tragedia se encontraba junto a otros menores de edad, incluido un primito, en el lugar del accidente.
Nélida, vecina de la familia, relató lo ocurrido a nuestra redacción y confirmó que Gómez Fernández pedía ayuda en las calles.
"Se metía entre los carros a pedir monedas... Le dieron un golpe, fue terrible", apuntó.
El hecho, ocurrido poco después de las siete de la noche del lunes, conmocionó a cientos de cubanos luego de que fueran publicadas imágenes del lugar del accidente en redes sociales.
"Es impresionante la cantidad de niños que hay pidiendo dinero en La Habana. Lo mismo en la Habana Vieja, que en Doña Alicia y en la calle Reina. Hasta dentro de la feria de La Cuevita. Sin palabras", escribió una usuaria en la publicación.
"Es un abandono total pues por gusto no piden limosnas; pena debería darles a los que tienen el deber moral de al menos mitigar esta situación", criticó otro.
Cuba atraviesa su peor crisis en décadas, marcada por la inflación y la escasez de medicamentos, alimentos y productos de primera necesidad. Todo ello ha provocado un éxodo masivo de personas y un aumento de la mendicidad.
Según cifras oficiales, actualmente en el país hay más de 3.700 personas en situación de la calle. En un artículo reciente, el diario oficial Granma reconoció "la presencia, en lugares públicos, de personas de diferentes edades, incluso adultos acompañados de menores o personas en situación de discapacidad solicitando dinero, alimentos y otros bienes".
La activista María López, vecina de Centro Habana, explicó a Martí Noticias que la mendicidad ha aumentado exponencialmente en los últimos años en medio de la profunda crisis.
"La gente en la calle pidiendo dinero y ya no es a los turistas. Es al propio cubano. A veces te piden algo ahí para un duro frío", dijo.
“Es muy duro en todos los casos. Pero cuando tú ves jóvenes pidiendo comida en la calle, ya es algo un poco más serio, y la situación se ha ido agravando, a tal punto que en cada esquina puede ser que hayan siete u ocho”, agregó.
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